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William Bligh y el HMS Bounty

EL CAPITÁN WILLIAM BLIGH, UNA VERDADERA HAZAÑA NÁUTICA

Por Administrador
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Jun 30th, 2016
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El 23 de diciembre de 1787 el capitán William Bligh zarpó desde Inglaterra al mando del velero “HMS Bounty”, propiedad de la Armada Británica, con 44 hombres de tripulación y con las órdenes de dirigirse a las islas de La Sociedad (actual Polinesia Francesa) en dirección oeste, teniendo que atravesar para ello el Cabo de Hornos.

Era pleno invierno y a pesar de estar un mes haciendo múltiples y exhaustivos intentos de rodear el Cabo de Hornos, las duras condiciones meteorológicas hicieron que el capitán Bligh desistiera en su empeño de acceder al Océano Pacífico por el oeste y decidió dirigirse en dirección este, teniendo que atravesar para ello una vez más el Océano Atlántico, cruzar el Cabo de Buena Esperanza en el sur de áfrica, el Océano Índico, el Cabo Leeuwin, Tasmania y Nueva Zelandia, hasta que por fin alcanzó 10 meses después Tahití, fondeando el 25 de Octubre de 1788 en la Bahía de Maravai.

El objetivo de la expedición era coger en Tahití un cargamento de brotes de la planta árbol del pan y transportarlo hasta el Caribe, con la intención de extender en cultivo este árbol para que su fruto sirviese de alimento a los esclavos de las colonias inglesas de las Antillas y de Jamaica. El fruto del árbol del pan es un alimento muy nutritivo y rico en carbohidratos, proteínas, fibras y vitaminas.

Este retraso de diez meses en llegar hasta Tahití, hizo que la tripulación del HMS Bounty tuviera que permanecer cinco meses más fondeados en Tahití a la espera de la estación más propicia para el transporte de esta planta. Durante estos cinco meses la tripulación aprovechó disfrutando de la belleza y los encantos naturales de esta isla paradisíaca y muy especialmente de los encantos de las mujeres Tahitianas.

El 4 de abril de 1789 el HMS Bounty se hizo a la mar con 1051 brotes de árbol del pan rumbo al Caribe aunque solo unos días más tarde, mientras el capitán William Bligh dormía, fue apresado por parte de su tripulación armados con fusiles y bayonetas amotinados bajo las órdenes de uno de sus oficiales; Fletcher Christian, quien se apoderó del barco sin hallar prácticamente resistencia.

El capitán Bligh junto a otros 18 fieles tripulantes fueron abandonados a su suerte en un pequeño bote de 7,5 metros de eslora en medio del Pacífico Sur, sin protección para el sol, olas o lluvia, con tan solo un poco de comida, unos barriles de agua y un sextante sin cartas náuticas. Una auténtica proeza de la historia náutica ya que después de 41 días y 5.800 km recorridos, el capitán Bligh y su tripulación consiguieron llegar a la isla de Timor en las Molucas con la pérdida de un solo hombre, que murió por un enfrentamiento con los nativos de una pequeña isla donde desembarcaron por aprovisionamiento.

Mientras tanto, los amotinados del HMS Bounty, bajo el mando de Fletcher Christian, tiraron por la borda todo el cargamento de árboles del pan y regresaron a Tahití, donde embarcaron a 17 nativos, de los cuales 6 eran hombres, 11 mujeres y un bebé y huyeron a sabiendas que la marina Británica pronto pondría precio a sus cabezas.

Así, y tras 1300 millas de navegación en huída al sureste de Tahití, los fugitivos encontraron la isla de Pitcairm, que figuraba erróneamente en las cartas de navegación y que creyeron un lugar seguro como escondite de la armada británica.

Una vez allí, Christian y sus hombres desmantelaron el HMS Bounty borrando toda huella del navío, construyendo con sus maderas cabañas que camuflaron para no ser vistas desde el mar.

Christian y la mayor parte de los amotinados fueron muriendo años después en enfrentamientos con los nativos de la isla, y finalmente, cuando fueron arrestados por los Británicos, solo tres de los hombres amotinados llegaron a ser ejecutados en la horca, dos fueron condenados pero recibieron un indulto real y uno fue exculpado por un tecnicismo legal.

Carta de William Bligh a su esposa Betsy:

“Mi querida Betsy,

Estoy ahora, en su mayor parte, en una parte del mundo que nunca hubiera esperado, sin embargo es un lugar que me ha brindado ayuda y salvado mi vida, y tengo la dicha de asegurarte que estoy ahora en perfecta salud…

Sabe, pues, mi querida Betsy, que he perdido el Bounty… el 28 de abril a la primera luz de la mañana, teniendo Christian la guardia de la mañana. Él y varios otros entraron en mi camarote, mientras estaba dormido, y me apresaron, con bayonetas desnudas en mi pecho, me ataron las manos a la espalda y amenazaron con la muerte instantánea si decía una palabra. Sin embargo, pedí a gritos ayuda, pero la conspiración estaba tan bien establecido que las puertas del camarote de oficiales estaban custodiadas por centinelas, por lo que Nelson, Peckover, Samuels o el maestro no pudieron venir a mí. Fui luego arrastrado a cubierta en camisa y muy bien custodiado —le pregunté a Christian por ese acto violento, y gravemente degradado por su villanía, pero sólo pudo responder —«ni una palabra señor o estás muerto». Me enfrenté a él por el acto y me esforcé por su sentido del deber, pero sin efecto…

El secretismo de este motín está fuera de toda concepción de modo que no pude descubrir que ninguno de los que están conmigo tenían el menor conocimiento de ello. Es por que me era desconocido por lo que tuvieron que engañar a la fuerza. Incluso el Sr. Tom Ellison tomó tal afición a Otaheite [Tahití] que también se volvió pirata, por lo que fui abatido por mis propios perros…

Mi desgracia confío que se tenga debidamente en cuenta por el mundo —fue una circunstancia que no podía prever— ya que no tenía suficientes oficiales y no había marines para que el asunto no hubiera ocurrido —no tenía una Spirited y valientes cerca de mí y los amotinados los trataron como tales. Mi conducta ha estado libre de culpa, y le mostré a todos, atado como estaba, y desafié a cada villano a hacerme daño…

Sé cómo te sorprenderá este asunto, pero te pido mi querida Betsy que pienses que todo eso ya ha pasado y volveremos a la espera de la felicidad futura. Nada más que la verdadera conciencia como oficial que ha hecho bien podría ayudarme… Dale mis felicidades a mi querida Harriet, a mi querida Mary, a mi querida Betsy y a mi querida extrañita y les digo que pronto estaré en casa… a ti mi amor te doy todo lo que un marido afectuoso puede dar

Amor, respeto y todo lo que es o estará en tu poder

siempre cariñoso amigo y esposo Wm Bligh.”


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