A SOLO UNAS HORAS DE LA SEGUNDA ETAPA DE LA MINI TRANSAT

A tan solo unas horas antes del comienzo de la segunda etapa de la Mini Transat, la presión está aumentando sobre los pantalanes de Lanzarote. Cada uno a su manera, cada regatista está buscando como disipar la tensión inevitable que surge cuando se trata de cruzar el Atlántico. Incluso cuando las condiciones climáticas son óptimas, aunque todos sabemos que nadie está a salvo de sufrir un problema técnico, ya que el cruce es largo.
Con una previsión de 25-30 nudos, a veces más por el efecto Venturi entre las islas, el comienzo de la carrera promete ser emocionante. A favor del viento, las condiciones son perfectamente manejables, pero siempre favorecerán a los corredores más audaces, que serán capaces de encontrar su justo equilibrio. Los Minis partirán con un ligero sobrepeso: un promedio de 25-30 kg de alimentos, además de unos 80 a 120 litros de agua, dependiendo del patrón. La gestión del agua es una especie de himno al buen sentido: algunos parámetros deben siempre tenerse en cuenta, tales como el tiempo de cruce esperado, las necesidades diarias y la reserva necesarias en caso de rotura. Al inicio de Lanzarote, los Minis habrán visto un aumento de peso con un promedio de un 15%. Con esta sobre tensión en el aparejo, los timones son especialmente significativos y hay un riesgo real de qrotura si el barco está sobrecargado en la salida.

Dada la situación meteorológica, algunos hablan de un tiempo récord para la gran travesía. Pero siempre es difícil hacer supuestos en que los informes meteorológicos son para un máximo de diez días. Los competidores tendrán que dirigirse hacia el sur – pero ¿hasta el sur? Tendrán que ser inteligentes, y saber interpretar los cambios de viento y las nubes, monitorear el barómetro. El patrón más capaz de interpretar todos estos signos se encontrará con una gran oportunidad de ser el primero en llegar en Pointe-à-Pitre.