Marsellain (La Jamaica mediterránea)

Marsellain (La Jamaica Mediterránea)

Por Administrador
Oct 16th, 2018
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CONCURSO RELATOS MARINEROS 2018

Por Antonio Rojas

Veo que este año se celebra la ESA CUP 2018 en la base Glennans  de   Marsellain y los dientes me han rayado el parquet……

Hace ya muchos años decidí  conocer la casa madre de nuestra querida escuela CINA y después de darle muchas vueltas, como soy un poco friolero,  la costa sur de Francia sonaba bien y me apunté curso de crucero….coche  material náutico y rumbo noroeste desde Madrid camino de la región de Langedog .

Después de preguntar varias veces, estaba ya en el camino que llevaba a la base Glennans , pues solo hay una carretera y solo una una, pues chicos está en una especie de isla en el mar interior de Thau, algo parecido a nuestro Mar Menor.

Atardecía, los colores que el sol  bajo dejaba en el paisaje me recordaban las pinturas de Van Gogh, aquí amarillo cobrizo, dorado, limón….y verdes de toda las intensidades te relajaban.

De repente un terreno que hace las veces de parking, bajo del coche y enfrente a cien metros un precioso edificio de dos plantas y mucha gente en el jardín colindante charlando y tomando un vino blanco francés, oh cest marvelllouse.

Pero señores no podía llegar, entre yo y ellos hay un canal de unos cincuenta metros de ancho, es el canal fluvial de esos que navegan largos barcos fluviales, y no era momento de nadar…… Los llamo a gritos ehhhhh!!!!.  Como puedo llegar con vosotros …, al poco veo a un joven que baja a una barcaza igualita que las caravellle pero sin velas  y veo que comienza a zingar para llegar a donde yo me encontraba.

Al poco estaba ya montado y volvíamos remando con el grupo de nuevos alumnos que comenzaban el curso y estaban en la recepción de bienvenida .El joven me comentó que hay una campana a cada lado para llamar si la barca se encuentra en el otro lado y así algún voluntario cruza y recoge al nuevo compañero.

El vino y unos canapés me supieron a gloria, chapurreé algo de francés y encontré a algunos que chapurreaban algo de español, salvado.

Me presentaron a mi patrón y compañeros uno francés, dos suizos y un noruego  variedad y el barco un imponente jeanneau de 11 metros que nos llevaría por todo el golfo de león…. ohhh  esto promete.

Nos preparamos la cena y presenté mi documentación, luego un poco de reggae francés en una explanada al aire libre con muchas mesas dispersas y a tomar unos refrescos.

Pero no todo iba bien, empezada a ver a los monis reunidos, me miraban y entre medias siempre oía “ le certifice medicine”….que pasaba,  me llamaron y me explicaron que no podíamos salir pues para inscribirse es imprescindible llevar un certificado  médico, el cual por no leer todas las instrucciones no había solicitado en España, grabe problema, mañana por la mañana tenía que ir al pueblo para realizar uno en un despacho médico.

Está claro que seguía siendo el centro de atención y no con muy buenos sentimientos hacia mí, lo comprendo y mi desolación era total, aun así disfrute de la velada y a dormir.

Ahhh!!!!, olvidé que nuestro monitor un joven de unos 30 y pico, nos dio una charla sobre la comida que ya estaba comprada,  el plan de viaje que era salir del mar interior,  costear  y conocer la zona. A mí solo se me quedó grabado que esta costa es complicada y que si Eolo se empeñaba y al estar encajonados entre los  Pirineos y los Alpes, quizás acabáramos con suerte en Menorca y sino en Argel, viva la aventura….

Amanece, le dejune y como había tiempo pues el capi decidió que podríamos  antes de ir al pueblo por el certificado médico, podríamos dar la vuelta al barco que se encontraba amarado en el canal pero mirando al norte, a París.

El canal como he dicho es de unos 50 metros, menos ….y comenzamos la ciaboga  para dar la vuelta, todo esto era ya en si un contratiempo. Según estábamos haciendo la maniobra, las desgracias no vienen solas y señores un cable eléctrico que cruza el canal a cierta altura para alimentar la base toca el backstay de nuestro barco y como mantequilla lo derrite, lo parte, dejándolo caer sobre la cubierta con un brusco ruido, nos asustamos y mucho pues hasta el patrón no pensó en esa posibilidad.

Ahora si que la cosa estaba complicada, aun así tuvimos suerte creo, pues según nos dijeron hubo un gran chispazo eléctrico y quizás nos podríamos haber electrocutado.

Todo se complica, había que buscar soluciones, subieron al palo para poner un nuevo back, pero el arraigo es especial y no se puede sustituir con el material en base, hay que llevarlo a la base Jeannneau  que está en la costa a unas 30 millas. El curso se complica, ya estamos perdiendo un día, otro más si se consigue arreglar y algunos de los compañeros se ponen en contacto con la oficina Glennans que decide anular el curso y devolverles el dinero, el patrón, un alumno de Montpellier y yo partimos a motor y con un back de cabo a Agde.

Maravilloso camino a motor, nos cruzamos con los catamaranes del curso de ligera, con otros barcos de iniciación y cruzamos la ciudad de Sete, en la que hay al menos siete puentes unos altos, otros que se abren para dejarnos pasar,  al fin el Mediterráneo y la costa hasta el gran puerto de Agnes, donde está un inmenso, grandiosa base de la Jeanneau, con barcos nuevos empaquetados para poner en el agua y todo el material de repuesto que os podéis imaginar de lo grande que era, asombroso.

Allí pasamos un día para ver si nos lo podían arreglar, cosa que no fue posible, pero entre tanto aprovechamos para tomar ostras en sus restaurantes turísticos, visitar los alrededores del puerto, comernos y bebernos parte del arsenal que teníamos para el curso.

Salchichas echas al vino, ensaladas variadas, vino espumoso rosado y todo tipo de quesos, todo en un lugar precioso y súper turístico.

Vinieron a buscarnos con coche, y aun siendo culpa mía el fracaso del curso, la dirección del Glennans me devolvió el importe del curso. Mi patrón y el chico de Montpelier me dieron un abrazo y todo…..podía haber sido peor.

Solo me faltaba tocar la campana y ciaboga a recoger el coche, una miradita a este enclave maravilloso y rumbo a casa, por eso ahora os deseo una buena navegada y disfrutar de la Jamaica mediterránea.

Por Antonio Rojas

 


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