VIAJE A KATEGAT
CONCURSO RELATOS MARINEROS 2017
Por Montse Vives Roig
El viaje hacia Nyborg empieza lloviendo y aunque acaba sin lluvia, el mar está muy removido y nosotros velamos muy escorados, parece que tengamos que caernos.
Llevamos la ropa de lluvia, esto hace que si tienes que ir al lavabo te tienes que quitar tres elementos plus el salva-vidas que siempre llevamos puesto, o sea que con el mar removido y todo lo que implica esto, bajar dentro del barco es una aventura, y más si tienes que ir al lavabo.
Tardamos unas seis horas, yo dentro del barco pues me coge un ataque de pánico y de impotencia, el Capitán velando y controlando todo, yo no lo puedo ayudar hasta que me pase el ataque y es cuando llegamos a puerto.
Hoy si que estaremos una noche más y espero que nuestras aguas vuelvan a la tranquilidad, sabemos que debemos hacer aún el triple de millas de las que llevamos hechas. El viaje programado por el Capitán es largo y requiere de muchas horas cada día, de lo contrario no llegaríamos a nuestra meta.
En Nyborg paseamos por el puerto, a las 18h no había nadie caminando.
Hoy es 14 de Junio. Yo me levanto más pronto que el Capitán, ayer me fui más pronto a dormir, estaba fatigada de tanta tensión.
El cielo está gris, los primeros días de sol han huido. Me deprimen los países donde no se ve gente en la calle, donde el cielo es gris, donde parece que la muerte plana encima de las cabezas y los corazones de la gente.
Hoy estaremos un día y una noche más en Nyborg, pasearemos por sus calles y visitaremos su castillo.
15 de Junio, sábado, ayer al final fuimos a ver el castillo y a la biblioteca, donde pude conectarme de nuevo a Internet.
Hoy pronto y después de desayunar marcharemos hacia la próxima meta, Kalundborg, una ciudad pequeña.
Comienza con fuerte viento y el Capitán pone el piloto automático y el barco no se escora tanto como cuando vela él.
El viaje pasa rápido pues cada vez el viento es más fuerte y nos ayuda a hacer el camino más corto.
Puede que el más interesante de éste viaje es que tenemos de cruzar un paso de barcos grandes y lo superamos sin ningún problema.
El cielo se pone gris y el sol desaparece, cada vez el viento es más fuerte y el barco corre mucho, yo no las tengo todas y cuando estamos llegando empieza a llover. Llevamos trajes de lluvia pero no he tenido la precaución de cambiarme los zapatos y los pies se me mojan. A veces pasan éstas cosas.
Amarramos de lado que es como me gusta más amarrar, pues no tendré que hacer tanto esfuerzo como cuando se amarra por cuatro sitios y además para salir del barco es mucho más fácil.
Kalundborg es una ciudad, pero a las 18h que es cuando estamos paseando no hay nadie y las tiendas cierran, algunas a las 13h otras a las 17h, vemos un pub que abren a las 24h y cierran a las 6h de la mañana, por lo que pensamos que la gente que no vemos por la calle se debe pasar muchas horas en el pub. Hay también bares donde la gente bebe y fuma y el ambiente es irrespirable, no entramos, solamente metemos la cabeza y la volvemos a sacar.
No me gusta nada ver una ciudad tan apagada, aunque la ciudad es bonita, con casas antiguas bien conservadas, me hace yuyu que no haya gente por la calle.
Ahora hace frío y el viento sopla muy fuerte.
Mañana marcharemos de aquí y ahora sí nos encaminamos hacia al Kattegat, que no es sino un mar, allá iremos a la isla de Sejerø. Será domingo y si las ciudades están cerradas a las cinco de la tarde y no hay una alma en la calle, no sé que pasará en esta isla.
Hoy es domingo 16 de Junio y antes de salir de nuevo al mar y después de ducharnos de nuevo y desayunar, vamos a ver la iglesia y el museo, bien lo intentamos.
En la iglesia no hemos podido entrar puesto que estaban haciendo un acto litúrgico y un hombre muy simpático nos dice que podemos venir más tarde. Así pues vamos hacia el museo-castillo y abren a las 11h.
El Capitán quiere salir a la mar a las 12h y por eso no tenemos tiempo, pero una chica muy simpática también con pinta de vikinga, nos explica que nos puede abrir el jardín del castillo, que están realizando una película sobre la vida de Leon II, de sus conquistas por el mar Báltico, de las luchas contra los suecos y nos lo dice con mucha ilusión, yo le pregunto si esta película se podrá ver fuera de la ciudad y me dice que tendremos que volver pera verla… I porqué no? Pero yo me digo con coche y el Capitán dice pues si estaría bien volver en coche…
En la iglesia que forma parte del castillo, ahora si que podemos entrar. Es una iglesia protestante, como casi todas las de Dinamarca. Están cantando salmos, el hombre de la puerta, el mismo que nos ha dicho que volvamos más tarde, nos da un libro a cada uno para cantar y cantamos con ellos. Hay un hombre que oficia el acto pero también una mujer. Los protestantes a diferencia de los católicos, las mujeres tienen el mismo papel que los hombres y también los protestantes se pueden casar. Que cosa eh?
De retorno al barco, salimos al mar, ha parado de llover puesto que al salir de la iglesia llovía un poquito. Pensamos que tendremos un buen día, pero…
Habiendo salido del puerto el cielo se torna gris y negro y empieza los relámpagos, pero conforme nos vamos alejando de la costa el sol sale encima de nosotros y en la ciudad llueve. Esto dura muy poquito, puesto que en poco tiempo tenemos nosotros la nube negra encima de nuestras cabezas.
Cada vez el mar se enfurece más y más y yo que no había visto nunca de tan cerca un mar tan movido, tengo miedo, y para no ver el mar entro dentro del barco. El Capitán lo hace todo solo, sabe controlar el barco y no tiene miedo y así durante seis horas, para mi interminables.
Toda la comida y los trastos que tenemos en las estanterías se van al suelo y yo que cierro los ojos como lo hacen los niños y niñas para pensar que nadie los ve.
Llegamos a la isla de Sejerø, casi que no podemos entrar en el puerto debido al fuerte viento y las olas.
Estamos vivos y no me atrevo a poner los defensores antes de entrar en el puerto puesto que tenía miedo a caer por el golpe de una ola fuerte. No os podéis imaginar como estaba el mar… El puerto es otra cosa, aunque ahora que estoy escribiendo, después de cenar, tranquilamente, el sonido del viento es fuerte y el movimiento de nuestro barco no nos deja estar del todo tranquilos.
La isla es muy bonita. Vemos un museo y una iglesia, un restaurante cerrado y poca gente en la calle, los que pasan nos saludan y nosotros también les devolvemos el saludo.
Parece que en ésta isla estaremos hasta el miércoles puesto que la previsión dice que esta mala mar y el viento durarán hasta el martes por la tarde y yo no vuelvo a vivir un día como el de hoy, que, sinceramente ha sido de mucho miedo, pero por otra parte, la sensación de haberlo superado da seguridad y además mientras estábamos velando, la adrenalina ha hecho su curso.
18 de Junio. Después de estar dos días en Sejerø, dos días de calma, de relax, de comprar comida fresca, frutas, verduras, de pasear, decidimos continuar el viaje.
Hemos mirado la previsión meteorológica y tendremos mar calmada y buen tiempo y así ha sido.
Hemos salido del puerto muy pronto y el tiempo era tan plácido que el mar parecía un espejo. Después de la tormenta viene la calma. Tan y tan calmada estaba la mar que hemos tenido que poner el motor y hemos podido velar muy poco rato.
Hemos visto muchas medusas, dicen que cuando hay medusas es porque el agua no es fría y digo si el agua no es fría puede ser que haya delfines, y sí los hemos visto de cerca y de lejos.
Ver delfines siempre pone contenta a la gente y a mi me ha dejado una buena sensación y más pensando que dos días antes habíamos pasado un temporal de viento que soplaba a 38km y unas olas de dos o tres o más metros y además olas que venían por todos los lados y el barco iba como quería, pero los barcos son como las cáscaras de las nueces que siempre flotan. Eso me ha dejado tranquila para todos los días pues ahora se que si hay un mar parecido a la que hemos vivido no nos pasará nada.
He dejado constancia del día del temporal, lo registré en un video.
Hoy estamos en Hundested en pleno Kattegat, un puerto muy bonito y animado también. A veces también gusta ver que hay vida en una ciudad y en ésta la hay.
Ahora el Capitán está sentado en la mesa de trabajo con su ordenador y yo con el mío y podemos sin ningún problema conectar a Internet.
Mañana no sabemos si marcharemos o nos quedaremos una noche más.
Ahora ya estamos dando la vuelta a la isla donde está la capital Kopenhaguen.
Será mi segunda vez que voy a Kopenhaguen en barco.
Ya estaremos de bajada y dejaremos detrás el Kattegat. Miraremos la previsión meteorológica y esperaremos que haga buen tiempo.
Las comidas en el barco: los desayunos los hacemos en el puerto, quiero decir en el barco cuando está en el puerto. Solemos comer mermelada y quesos, té y café. Las comidas ya son otra cosa, si estamos en el mar, previamente hemos preparados unos bocadillos y alguna cosa de fruta, lo ponemos dentro de una bolsa y solo tengo que bajar de la bañera al barco a buscarla y siempre tenemos agua para beber.
Los bocadillos son variados, hoy por ejemplo, eran de carne fría, tomates y pepinillo cortado, de fruta cortada, una manzana y unos cacahuetes. Otros bocadillos los hacemos de ensalada, con cebolla cortada, huevo duro. Las cenas las hacemos todas en el puerto, patatas hervidas con cebolla hervida, un poco de aceite y lo acompañamos con una ensalada. También hacemos espagueti con salsa al pesto.
Hemos comido carne y pescado. Aún tenemos pasta para los días que faltan. Algún día una sopa preparada. La verdad es que si sabes combinar elementos surgen unos platos muy equilibrados.
Los cabos y las velas: En un barco de vela hay muchos cabos y velas, si hay dos palos y hay dos velas, pero nosotros nos llevamos una para cuando no hace casi viento, se llama Blister. Las otras velas que llevamos son la Genua y la Grosse, lo he escrito en alemán que es la lengua que hablamos en el barco.
Cabos tenemos muchos, los que sirven para subir y bajar velas, los que aguantan las banderas. En nuestro caso llevamos cuatro banderas, la Bávara, la Catalana, la Alemana y la Danesa. Cada día el capitán, cuando el sol ya se ha puesto, saca las banderas, cosas de las normas de los barcos.
Los cabos, para subir o bajar velas las fijamos en la binchas. Es todo un mundo.
La limpieza y el orden en un barco: Si no tienes orden ni limpieza en el barco es un desastre. Hace falta orden porque el barco no es grande.
Hoy pensando en el orden. Estar en un barco debe ser un buen aprendizaje tanto para la gente que le cuesta el orden como para los niños y niñas que pueden aprender de una manera divertida.
20 de Junio. Estamos sentados en la bañera, el capitán con su Bademecum sobre la vela y yo con el Ipad.
Hundested, a punto de salir, cuando un hombre, en danés nos dice que el quiere salir pero que hasta que la niebla no se vaya no lo hará, ésto lo entendemos porque se pasa al inglés.
Aquí todo el mundo habla dos idiomas perfectamente, danés y inglés y alguien también alemán más bueno que el mio que sigue siendo bastante desastroso. Los idiomas se pueden aprender a todas edades, pero con más de 50 van más lentos de entrar.
Son las 10h. La niebla se va extendiendo por todos los sitios. El capitán decide hacer como el hombre que nos habló, esperar. Los tiempos muertos son fantásticos para escribir.
En Hundested hay más animación que en los otros lugares que hemos visitado, a pesar que nos ha llovido todo un día, hemos andado, hemos cogido un tren para ir a otra población Frederikværk, no vemos el centro de la ciudad, y esto que vamos a la Rathaus que es el ayuntamiento, que normalmente es donde hay más animación, pero con la lluvia la gente se esconde y nosotros también en un restaurante que sí que está abierto.
Hoy sopla el viento, espero que no haya olas, aunque ahora se por experiencia que en el barco no pasa nada, es solo una cuestión mental, del miedo que se instala y no me deja hasta que veo el barco estable. Entiendo que haya gente que le entusiasme viajar de esta manera, y esto que ahora todo es más cómodo que hace 100 años. Los puertos están preparados, hay buena señalización en el mar, por la boyas, los mapas están bien informados.
Los y las capitanas tienen que pasar un examen bastante fuerte para llegar a tener el nivel. El capitán del barco dónde estoy tiene el nivel requerido pero está en formación permanente y quiere seguir haciendo cursos.
El día que hizo mala mar, pensé que si alguien tenía que caer en el mar, mejor que fuera yo, pues si hubiera caído el capitán, yo no hubiera podido controlar el barco, con buena mar lo puedo hacer, pero con olas de no sé cuantos metros y un viento de 38km no, sinceramente lo pensé, si cae alguien que sea yo por favor. Pero no cayó nadie y seguimos esperando que la niebla se funda.
En dos horas vemos que hay barcos que se mueven, salimos ya a navegar, nosotros también nos preparamos, pero vemos que uno de los que había salido vuelve a entrar. Es el hombre que nos ha dicho que esperaría hasta que la niebla no se fuera, nos hace señales que hay demasiadas olas. De toda manera nosotros salimos, pues hay muchos otros que salen también y no vuelven, aunque empezamos con niebla y olas acabamos con un día perfecto y la mar plana.
Por Montse Vives Roig