CRUZAR EL ATLÁNTICO A VELA
Cruzar el Atlántico a vela es un sueño y un verdadero hito para muchos de los aficionados a la vela. El primero en hacerlo fue Cristóbal Colón allá en 1492. Desde entonces todos los años muchos marinos se aventuran con sus veleros a imitar la hazaña de Colón y cruzar el atlántico a vela. Hoy en día se sigue haciendo la misma ruta, solo varía en las fechas, pues Cristóbal Colón cruzó el Océano Atlántico en verano, el 3 de agosto, en plena temporada de huracanes y regresó por las Azores en invierno.
En navegación de altura y especialmente en navegación oceánica, es muy importante la planificación. Debemos estudiar la ruta para emprenderla en las mejores condiciones estadísticas de meteorología, minimizando así las posibilidades de encontrar mal tiempo. Planificar bien la ruta para navegar con vientos y corrientes favorables es fundamental en toda navegación de altura.
Para cruzar el atlántico debemos hacerlo con vientos favorables, desde Europa en dirección oeste debemos coger los vientos alisios. Los vientos alisios del nordeste se extienden al norte del ecuador llevándonos desde las costas africanas hasta el mar Caribe con vientos favorables. El límite norte de los alisios está sobre los 30º de latitud norte. Cuanto más nos acerquemos a este límite los vientos son menos constantes. Los vientos alisios de enero a marzo tienen un promedio de fuerza 3 ó 4, pudiendo llegar a coger en alguna ocasión fuerzas 6 e incluso 7.
El principal peligro que debemos evitar al cruzar el atlántico a vela son las fuertes tormentas tropicales, especialmente los huracanes. Los huracanes son un fenómeno perfectamente estudiado y basándonos en la estadística podemos decir que la temporada de huracanes va desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, afectando al Océano Atlántico, al Mar Caribe y al Golfo de Méjico. Fuera de estas fechas también se han producido fuertes tormentas tropicales y algunos huracanes a lo largo de la historia, especialmente a mediados de noviembre y mediados y finales de mayo, aunque las probabilidades de huracanes en estas fechas son mucho menores.
Si el punto de partida es el norte de Europa, es recomendable pasar el Golfo de Vizcaya en agosto, de forma que podamos pasar Cabo Finisterre y poner rumbo a Madeira o a las costas portuguesas o españolas con buenas condiciones climatológicas.
Si partimos del sur de España, podemos retrasar la salida a septiembre o octubre, siempre con la precaución de que a más tardar peores puedan ser las condiciones climatológicas que podamos encontrar rumbo a las Islas Canarias.
Otra de las posibilidades que podemos hacer es preparar el viaje por etapas, llevando el barco hacia las Canarias en verano y dejándolo en alguna de las innumerables y buenas marinas hasta que podamos regresar a continuar el viaje. Canarias tiene buenas comunicaciones por avión con Europa y especialmente con la Península Ibérica.
Atendiendo a la temporada de huracanes, cruzar el atlántico a vela lo debemos hacer en noviembre o principios de diciembre. Si retrasamos más esta salida nos quedará menos tiempo para navegar por el caribe.
Desde las Islas Canarias una ruta fácil, rápida y cómoda por los vientos que se toman es bajar hasta una latitud cercana a los 20º N, 30ºW. Un viejo dicho marinero dice: “Dirección sur hasta que la mantequilla se derrita”. Haciendo esta ruta, haremos unas 200 o 300 millas de más, pero puedes tomar antes los vientos alisios, además, haciendo la ruta directa desde las Canarias es posible tomar vientos en contra o coger una mar más gruesa por culpa de alguna depresión situada más al norte.
La vuelta hacia Europa la podemos empezar en abril, rumbo a las Islas Bermudas para zarpar hacia las Islas Azores en mayo, y en junio hacer la última travesía de vuelta a casa, ya sea al norte de Europa, España o sur de Europa.
Dentro de la planificación para la travesía de vuelta, debemos tener muy en cuenta los depósitos de combustible. Una buena reserva de combustible puede llegar a ser imprescindible, especialmente cuando cruzamos el atlántico hacia el este, donde el anticiclón de las Azores en verano nos puede dar días e incluso semanas de encalmada.
En total nos puede suponer un viaje de ida y vuelta de unos 8 o 10 meses teniendo el margen suficiente en tiempo para no coger temporales, tormentas tropicales ni huracanes, y así poder disfrutar del caribe y de cada travesía.
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