ORZAR Y ARRIBAR. EQUILIBRIO DIRECCIONAL DEL VELERO
¿Qué es orzar? ¿qué es arribar? En este artículo definimos estos dos conceptos y la importancia que juega el equilibrio vélico en la dirección y en la resistencia al avance del barco.
Orzar es llevar la proa del barco en dirección a donde viene el viento, disminuyendo el ángulo que forma el barco con el viento. El límite al orzar está en no aproar tanto el barco que se detenga su marcha.
Arribar es alejar la proa de la dirección del viento, aumentando el ángulo que forma con el viento. También lo podemos definir como virar a sotavento, alejarnos o abrirnos del rumbo del viento.
Navegar eficazmente implica mantener un buen equilibrio entre todas las fuerzas implicadas de manera que se produzca una mayor propulsión hacia delante. Un barco bien equilibrado es fácil de gobernar y es capaz de mantener por si solo el rumbo, siguiendo una línea recta, y sin que la pala del timón vaya inclinada y ofrezca resistencia al avance del barco.
Si no existe un buen equilibrio entre el centro vélico (fuerza aerodinámica) y el centro de resistencia lateral (fuerza hidrodinámica), el barco tendrá tendencia a orzar o a arribar.
Tendencia a orzar
Si en un velero bien equilibrado disminuimos el tamaño de la vela de proa, el centro vélico se desplaza hacia la popa del centro de resistencia lateral del casco. Esto hace que aumente el momento de giro llevando la proa en dirección al viento y por lo tanto haciendo orzar al barco.
Cuando un barco tiene tendencia a orzar se dice que es un barco ardiente.
Al aumentar la fuerza del viento aumenta también la escora, esto hace que la forma de la carena adquiera una forma asimétrica y aumente su resistencia hidrodinámica, aumentando la tendencia del barco a orzar.
Para corregir este efecto podemos reducir el tamaño de la vela mayor poniendo un rizo. Así volvemos a adelantar el centro vélico hacia la proa y equilibramos nuevamente el barco.
Otra manera de adelantar el centro vélico sin reducir el tamaño de la vela es amollar la escota de la mayor. Al abrir la mayor disminuimos la escora, aumentamos la propulsión hacia delante y adelantamos el centro vélico equilibrando nuevamente el barco. Ajustes del cunningham y el pajarín también ayudan a afinar y a ajustar el equilibrio del barco.
Tendencia a arribar
Cuando el centro vélico se desplaza hacia la parte delantera del centro de resistencia lateral del casco, el barco tiene tendencia a arribar.
Se dice que es un barco blando cuando tiende a arribar.
Al contrario que el caso anterior, para reducir el efecto de arribar, debemos cazar la escota de la mayor, disminuir la vela de proa o aumentar el tamaño de la mayor.
En definitiva, para mantener un buen equilibrio y optimizar la propulsión y la facilidad de gobierno, debemos mantener una buena relación entre el tamaño de las velas y ajustar las escotas según la intensidad y rachas de viento que nos encontremos.
Cuando reducimos el génova con el enrollador y a la vez rizamos la mayor, estamos adelantando tanto el centro vélico de la mayor como el centro vélico del génova, por lo tanto el centro vélico total se desplaza hacia adelante y puede provocar la tendencia en el barco a arribar.
En construcción naval se considera que si el centro vélico está hasta un 10% por delante del centro de resistencia lateral, puede considerarse equilibrado.
La tendencia de un barco a orzar es siempre deseable ya que, si en caso de emergencia hay que dejar libre el timón, el barco acabará aproándose y deteniendo su marcha.
La tendencia de un barco a arribar es considerado como una característica negativa ya que si perdemos el gobierno, el barco aumentará de velocidad y puede llegar a trasluchar.